jueves, 19 de noviembre de 2015

H&M, las colaboraciones y la locura.

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O ¿Por qué generan esa expectativa y locura masiva las colaboraciones de H&M?
Tarde, pero sin sueño, vengo a dejar aquí un poco sobre lo que pienso acerca de los recientes eventos de locura, alrededor del mundo por conseguir un pedacito de la colaboración de Balmain para H&M.

Comenzaré, literalmente desde el principio. La tienda no es nueva en esto de tener participaciones de diseñadores de nivel mundial, comenzó con ésta táctica de marketing desde 2004 y año tras año han pasado un sin fin de nombres; Karl Lagerfeld fue el primero, después, Stella McCartney, Viktor & Rolf, Roberto Cavalli, Comme Des Garçons, Matthew Williamson y Jimmy Choo hasta noviembre de 2009.
A partir de 2010, seamos realistas, fue cuando recién yo me enteré de dichas colecciones y la primera que vieron mis ojos, Lanvin, de ahí y hasta la fecha siguieron; Versace, Marni, Maison Martin Margiela, Isabel Marant, Alexander Wang y la última lanzada éste año Balmain.

Ok, el listado de colecciones ahí está, por si no las conocían o por si no lo recordaban, yo les platicaré un poco de mis impresiones desde la primer colección que conocí, tal vez no en orden cronológico, pero aún así.

Desde que supe de la existencia de dichas colaboraciones, año con año he notado que generan altos niveles de expectativa, siempre, sea quien sea el diseñador, la expectativa aumenta o disminuye según pasa el tiempo y se da a conocer la colección completa.
La causa general de dicha emoción por lo general se le atribuye a un solo elemento y éste es: Tener una pieza de diseñador (el elegido del, año sea cual sea) a precio de marca fast fashion. Que a final de cuentas ni va a ser totalmente pieza del diseñador por que los materiales y procesos se simplifican, pero tampoco será a precio de fast fashion, por que al tener el renombre, los costos se aumentan, no de manera significativa, pero aún así lo hacen.

Dentro de las colecciones que me ha tocado conocer en su momento, ya sea vía internet o en las tiendas, como les dije algunas provocan más ruido que otras y entre las menos nos encontramos con Marni, Margiela e Isabel Marant. A la hora de revelar los nombres estaban en la cima del social media y los medios especializados, a la hora de conocer las colecciones para Marni y Marant la cima ya no era cosa suya. En el caso de Margiela, la caída llegó hasta que las prendas aterrizaron en las tiendas, fueron toda una sensación entre fashionistas y fashion bloggers pero no aplicó lo mismo con las masas, que a final de cuentas son las que compran y determinan en cuestión de números para la tienda, si la colección y la estrategia mercadológica funcionó o no. Además, según escuché, la colección estuvo tanto tiempo en tiendas que las últimas piezas llegaron hasta el punto de rebajas y hasta donde sé, eso no se traduce a éxito.

En el otro lado de la moneda tenemos a Lanvin, Versace, Alexander Wang y Balmain, que cada uno tuvo su historia de éxito y cada una -a mis ojos- muy distinta.
Primero Lanvin, fue una colección muy festiva y elegante, casi podría jurar que fue hecha pensando en Holidays (o las fiestas decembrinas), en realidad hermosa y lo que le sigue, no puedo pensar que alguien se viese mal en esas prendas, cualquiera que fuese la talla. Éxito rotundo, agotada a días de su llegada a las tiendas.
Alexander Wang por su parte hizo una colección pensada en un mercado muy específico, el sport, que si no a todos nos agrada o nos va, si le favoreció que desde 2013 se nos vino encima ésta tendencia sporty salpicada hasta en Haute Couture, entonces esto, sumado a que tuvo una excelente campaña publicitaria en la página de la tienda, interactiva con el cliente cabe mencionar, anotó otro hit para H&M.

Por último Versace y Balmain, hasta donde recuerdo, son las dos colecciones que han llegado de manera más amplia a las masas y han generado una locura colectiva impresionante, solo comparable entre éstas dos. Pero ¿Qué tienen en común éste par de colecciones? Sin tanto rodeo y de la forma más burda; Carecen de buen gusto y exceden en demasía el recurso del ornamento o adorno, aclaro, no toda la colección, pero si la mayoría.
Versace tenía el recurso de los estampados, animal print, palmeras, piezas doradas, grecas, logos y muchos, muchos colores, Balmain por su parte, con un colorido más "elegante" usó y creo yo, abusó del recurso del bordado y aplicaciones, lentejuelas, pedrería, hilos dorados, logotipos, parches y botones. Es por esto que las pongo en la misma categoría donde llegan a un público más amplio y a veces no tan conocedor de moda, que se impresiona fácilmente por esa estética tan sobrecargada pero que considerado para el público en masas, es moda más fácil de digerir y de llevar a las calles, y no por ello digo que esté mal, de hecho aplaudo la estrategia mercadológica, les aseguro que para H&M y Balmain o en su tiempo Versace, fue un éxito rotundo y las marcas lo vieron reflejado en números.

Es así como explico la locura generada por las colecciones cápsula y espero les haya gustado, reitero, es solo mi opinión personal y estoy seguro que habrá quien diferirá de ella y claro también es bienvenido a comentar. Por cierto, yo también fui fan de algunas piezas de dichas colecciones, tanto de las exitosas como de las no tanto. 

Cuentenme sus impresiones y experiencias, según supe la venta de #HMBALMAINATION en México fue todo un desastre, pero bueno, eso ya es tema aparte.





Alejandro Rivera

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