¡Oh! Había olvidado que tenía este post.
Tanto Jimena como yo, hemos participado activamente en certámenes de belleza, ambos como jurados y por mi parte, también como runway coach. De hecho ya les conté mi experiencia y sentir, sobre éste tipo de eventos AQUÍ, por lo cual no ahondaré en el tema.
A principios de mayo, cuando estuve en Aguascalientes para Unimodaa, uno de los días del congreso, nos dimos una escapada al perimetro ferial y nos encontramos con ésta joya dirigida a las niñas menores de 12 años (Que mal con la discriminación de género, pero tampoco es el lugar para profundizar en el tema): el Taller de Reinas.
Éste taller constaba de dos salas y una pasarela, donde se pretendía dar a conocer la tradición de la elección de la reina de la Feria Nacional de San Marcos.
En la primera sala se les explicaba a las niñas de donde venía la tradición de elegir una reina para las fiestas y como había evolucionado a través del tiempo, ejemplificando con fotografías de reinas de distintos años, aproximdamente desde hace casi 100 años.
La segunda sala era un camerino enorme, que contaba con tutús, sombreros, tiaras y estaciones de maquillaje y peinado. Ahí las niñas que quisieran participar, podían maquillarse y estilizarse con los tutús y sombreros.
La etapa final era caminar por la pasarela, donde a forma de público, los padres, amigos, hermanos, etc., esperaban a verlas y al final darles aplausos, siendo así como elegían y coronaban a las reinas y princesas de cada ronda.
Primer Sala, un recorrido por la historia de las reinas de la Feria Nacional de San Marcos.
Segunda Sala, a prepararse para el show.
Me pareció una divertida actividad a realizar durante la feria y que además promocionaba una pequeña parte de las tradiciones de ésta misma, por otro lado y dado que los niños son niños y se quieren divertir por igual, me pareció muy mala medida que ésto solo fuera dirigido a las niñas, les aseguro muchos niños también habrían participado para ser reyes o... who knows, reinas tal vez y nada tiene de malo.
Y claro, como buenos niños que aún somos, Jimena y yo no podíamos dejar pasar la oportunidad de tomar la foto del recuerdo.
Alejandro Rivera